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FIC ALMAS REBELDES: CAPITULO XXI NOCHE DE PAZ...NOCHE DE GUERRA... I PARTE

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Mensaje por Brujita Alex Sáb Sep 29, 2012 11:37 pm

[color=darkblue]]CAPITULO XXI

NOCHE DE PAZ…NOCHE DE GUERRA… NOCHE DE DECISIONES… NOCHE DE AMOR…
El detective Wysinski estaba escuchando los últimos cassettes, ya tenia pensada donde iniciar su búsqueda…primero iría a las oficinas de la Marina, para averiguar sobre los Cascos Alados… Ya tenia un plan para buscar no solo a Claudia, sino al resto del grupo… lo cual lo llevaría a buscar a una persona… que no se habia apartado de su pensamiento… desde que se cruzó por su vida…
Diciembre 22, 1989 08:00 horas... Maryland hizo los arreglos para que les entregaran los cadáveres después de los análisis criminalisticos que tuvieran a bien hacerles para determinar la causa de muerte…y fue al hospital Oncologico para reclamar los otros cadáveres, e hizo arreglos para el sepelio… debía ser antes del cinco de enero, fecha en que todas las que fueron Cascos Alados, debían abandonar la patria… ya que no era segura su permanencia en el país… Un exilio que tal vez no tendría retorno… seis figuras, vestidas de negro… estaban a punto de salir para una capilla en la base de Clayton…la única que tenía servicio de cremación, en el conjunto de bases militares en la Zona del Canal…
Claudia, Carla, Grazia, Esmeralda, Delia y Fulvia iban en el grupo de chicas que enterrarían ese día a sus madres… el tiempo estaba despejado…conforme a un día de verano en Panamá.
Terrence, Heini, Jonathan, Carsten, Michael y Grant, que iba en representación de A.J. quien aun convalecía de sus heridas… el quería ir al funeral, pero su estado no se lo permitía.
-No seas terco, si vas, no vas a ser de mucha ayuda para Fulvia… mejor sánate… y podrás hacer algo…
-Grant, ella me necesita…
-Lo sé, hijo mío, pero asi no puedes salir… y no quiero tener que buscar una ambulancia para los dos.
Todas iban en un auto blindado para no ser víctimas de irrespeto, ni de desprecios…
Al ir en el auto, las chicas iban pensando en su futuro, un futuro que se les aparecía negro, como boca de lobo…
-Donde sea que estés… siempre contarás conmigo-dijo Terrence.
-Gracias..
Llegaron a la capilla… que se llenó con el grupo de Aladas, que eran miradas con admiración por algunos soldados… aunque tenían que bajar la vista ante la mirada de sus superiores… Terrence miraba de cierta manera a los que lujuriaban descaradamente a su casi esposa.
El oficio fúnebre fue muy emotivo, todas dijeron algo acerca de sus madres… hubo lágrimas, recuerdos y sentimientos… Los chicos tuvieron que hacer acopio de valor para no llorar, por que ninguno en ese momento contaba con sus madres…
Terrence recordaba a Candy, su madre, muerta hacia un par de años, después que murio su padre el almirante Albert Andrew, y a la tía Elroy, que consideraba su abuela… y lagrimas de dolor se deslizaban por sus mejillas…
Al salir de la capilla, para ir a la sección de cremación, algunos oficiales, miraron a las chicas.
-¿Quiénes son?
-Son Cascos Alados… gente de Maryland Ainsworth
-Son chicas muy lindas…
-Claro… pero ni mirarlas… o nos exponemos a una sanción… por lo menos, la que miraste es la novia del coronel Andrew.
-No sabía… parece que las que están allí tienen dueño.
Salieron… del local de cremación, cada una portando una urna plateada y otras, dorada… de momento, esa urna quedaría en la capilla del edificio donde estaban, hasta el cinco de enero, en que las chicas partirían hacia… su destino en tierra extraña…
AL LLEGAR AL EDIFICIO…
Terrence estaba extrañamente silencioso… se podía decir que maquinaba algo en su mente… Al llegar al cuartel, todas las compañeras de las chicas las rodearon, dándole sus muestras de condolencia y reiterándome su apoyo en ese momento tan difícil para mí.
-Estás muy callado… Cuando te pones así, algo estás tramando…
-Me conoces bien, Heini. Mañana es víspera de navidad… y no va a ser una Feliz Navidad para ninguna… y menos para Claudia…
-¿Qué piensas hacer?
-Hace mucho que deseo estar con ella en la intimidad… No niego, que me gustó desde que la vi por primera vez… Vengo conteniéndome desde el tres de octubre… pero ya no más.
-Suponiendo que ella también quiera… ¿Cómo te piensas acercar?
-Pasado mañana es la noche de Navidad… pienso convertirme en su regalo de Navidad… pienso darle la noche más bella de su vida… y también, si tengo suerte… una razón para seguir viviendo, si ella me deja.
-Yo haré lo propio con Carla Cristina… ya supe lo de su madre… ella murió ayer en el Instituto Oncológico… Está devastada internamente… y no creo que resista mucho tiempo más…
Poco o nada sabía de la decisión que había tomado Terrence con respecto a mí. Ajena a todo… pensaba que la vida había terminado para mí… pero una noche cambiaría para siempre el curso de ambas vidas
En ese momento, Heini miró hacia fuera… se escuchaban ráfagas de ametralladora en la calle, humo y fuego de las barricadas improvisadas…
Naoko Sawamura, jefe del grupo y amigo personal, se me acercó…
-Ya termino lo de Carlita…y lo de Alicia…
-Si, ya sepultamos a todas esas madres, esas santas que no merecían un fin así…. Están deshechas, y no las culpo…
-¿Ya tomaste una decisión en cuanto a Carla?
-Sí, - dije sencillamente…. – Me he enamorado de Carla… quiero hacerla mi mujer….
.Suponiendo que te acepte… ¿Qué piensas hacer después?
-Pienso casarme con ella…
-Eso no va a ser fácil, amigo… Nadie en esta nación volverá a ser el mismo, después de esto…
Era el veintidós de diciembre, habían pasado cuarenta y ocho horas de aquel suceso que marcó tantas vidas, incluyendo la de Carla, que ajena a la decisión que habia tomado Heini… dormía en su habitación.
Desde hacia dos noches, Heini dormía mal, la urgencia de su cuerpo, pedía a gritos el contacto con el cuerpo de Carla… pero no se atrevía a llegar a su habitación… temía que ella lo rechazara… solo Dios sabía la cantidad de duchas frías que tuvo que darse antes de poder conciliar el sueño…
Ese día, empezó una de las cosas mas tristes y degradantes para la historia de ese país… se dio un saqueo generalizado en todos los comercios… y se empezaron a dar crímenes en casi todos los barrios, unos y otros habían perdido todo vestigio de cordura y de humana decencia… Carla estaba triste, y no era para menos… mientras otros robaban, mataban y hasta violaban… ella había perdido la razón para continuar viviendo…
Esa tarde, ella bajó a la piscina interior que había en el edificio… también había un área de jacuzzis, unos con agua fría y otros con agua caliente, todos igualmente relajantes… Y allí estaba Heini… como siempre…apuesto, masculino, sensual y sexy.
-No pensé que estuviera aquí…
-Vine a descansar los ojos… lo que ocurre afuera es tan triste que no dan ganas de asomarse a la ventana…
-Poco o nada queda, del ciudadano respetuoso, comedido, buena gente… me siento enferma de tanto odio que me ha rodeado… me quiero morir…
Heini se acercó… no podía seguir controlando mis sentimientos… si no hablaba, se lamentaría toda la vida…
-Tengo algo que proponerte, o mejor dicho… pedirte…- dije con serenidad, decidido a decirle lo que sentía…- Tal vez no sea apropiado, pero tu sabes mis sentimientos hacia ti. Si necesitas un hombro en el cual refugiarte… te ofrezco los dos. Si necesitas mi pecho para llorar y refugiar tus penas, aquí estoy… Y si deseas estar conmigo… -suspiré- Hasta en eso te puedo complacer.
Carla lo miró con incredulidad, estaba diciéndole que la deseaba, que quería hacer el amor con ella… se sonrojó mucho…
-Yo no te convengo… soy un paria… ningún hombre me querrá después de esto…
-Eso, deja que sea yo quien lo decida… -dijo tomando sus manos… Y ya decidí.
-Déjame pensarlo… mañana te daré una respuesta…
Heini estaba más que vulnerable… desnudo, tanto del cuerpo, como del alma… le estaba diciendo que la deseaba intensa y profundamente… Carla lo tenía en sus manos… Una palabra suya podía hacerlo el más feliz o el más desdichado de los hombres.
-Debo irme…
Y salio del lugar… dejándolo allí, lleno de esperanzas, pero también lleno de miedo.
Era una tarde soleada, como todas los de aquella navidad… estábamos al comienzo de la estación seca… en mi país… o lo que quedaba de él. Bajé al comedor… y allí estaba Terrence… vestía pantalón negro y una camisa celeste con finas rayas azules… Masculino, sensual, e inalcanzable… según pensaba ella, desde el momento en que quedó huérfana, sabía bien que no sería feliz nunca… que su soledad… sería eterna por haber traicionado a mi patria… no tenía derecho a ser feliz.
-Hola, Claudia… ¿Cómo te sientes?
-Cansada… -suspiré - Han sido tantas cosas…
-Siéntate, debes tener hambre… Come algo- dijo Maryland, sirviéndole un vaso de jugo de naranja, junto con una taza de café y un plato con huevos, tocino, y dos tortillas de maíz. Terrence me miraba de una forma rara, se diría, que con deseo…
Comí sin ganas… había perdido el apetito, la sonrisa y las ganas de vivir… pero sería por poco tiempo…
Sentía aquella mirada intensa… como si fueran rayos X. Como si estuviera desnuda delante de él. Una mirada difícil de ignorar, aun en el estado de casi muerte emocional en que estaba sumida…
Ya en la habitación Claudia abrió la ventana, veía como los almacenes eran saqueados por una turbamulta enfurecida y desequilibrada, rompiendo vidrieras, agrediéndose unos a otros… nada quedaba ya de aquel ciudadano respetuoso, comedido, amable… la guerra había acabado con todo lo bueno que había en mi país… Muebles, juguetes, comida, llenaban carros enteros… el que no, llevaba en las manos lo que podía, vecinos, amigos del vecindario, y desconocidos, se llevaban todo lo que podían… a las chicas las tenían atrincheradas… protegidas de cualquier irrespeto o rapto. Se vivía una total anarquía, cualquiera podía cometer cualquier delito, seguro de que no sería ni siquiera arrestado, y mucho menos, juzgado.
Incapaz de seguir viendo tales destrozos, Claudia se apartó de la ventana, temblando de dolor, un dolor infinitamente peor…que el de cualquier herida… era el dolor de un alma herida en lo más profundo, a la que se le arrebató todo y solo se le dejó la absoluta soledad, y el frío… en ese momento la muerte se me antojo como un final natural y deseable… Ya no tenía más por que luchar…
Un ruido en la puerta me sacó de mis tristes cavilaciones, abrió la puerta y no vio a nadie pero en el suelo encontró una caja envuelta en papel regalo, y una carta dirigida a ella. Era de Terrence.

Claudia…
Hoy es víspera de Navidad… se que no estás de animo para celebraciones, has perdido todo lo que da sentido a una vida… tu madre… a manos de un cruel asesino, que ni siquiera merece el nombre que le diste... cuando naciste… El vacío, el dolor se han apoderado de tu vida y de tu juventud… convirtiéndola en un páramo seco y desierto… pero en medio de tanto dolor y tristeza… quiero decirte… que si necesitas un hombro donde llorar, unos brazos donde refugiar tu dolor y tu pena… aquí estoy… si necesitas un corazón cálido que te de refugio y abrigo, aquí estoy, si necesitas descansar en un puerto tranquilo después de ser abatida por el huracán… aquí están mis brazos… No cometas una locura que puede pesarte después… Si te sientes sola esta noche… búscame… Yo seré tu REGALO DE NAVIDAD…
Te ama profundamente…

Terrence Alexander Andrew.

Era una invitación implícita… la decisión se la dejaba a ella. Conocía lo intenso que podía ser… el tres de octubre, luego de un accidentado rescate, casi estuvo a punto de entregarse a él, pero una vez más en su vida, la razón se impuso a la locura. Pero, esta vez, ella no estaba tan segura de eso.
La mirada de Heini era igual cuando miraba a Carla, que se sonrojó varias veces... a pesar de estar tan devastada interiormente como lo estaba yo. Sabía que le habían hecho igual propuesta…
-A ti te propusieron lo mismo que a mí…
-Si, y creo que voy a aceptar… no tengo familia… no tengo amigos, no tengo a nadie… si no lo hago, no tengo derecho a lamentarme después.
-Yo también… a mi no me queda nadie a quien guardarle las espaldas, mucho menos respeto…
Fulvia despertó con dolor de cabeza y una gran tristeza, en ese momento comprendió el dolor de Claudia, Carla, Grazia, todas en ese momento llorábamos la pérdida de una madre o como en mi caso, de ambos. Afuera se escuchaban las ráfagas de ametralladora, la gente corriendo despavorida, y los tanques gringos en las calles. Y el saqueo generalizado de los comercios… La anarquía y la impunidad se habían adueñado de las calles de Panamá en ese momento.
Fue a ver a Anthony. En ese momento, se aferraba a él como se aferra un náufrago a un bote salvavidas para no ahogarse.
La habitación estaba en semipenumbra… Fulvia se sentó a su lado... contemplándolo en silencio… estaba dormido, ajeno al atento escrutinio de los ojos de la chica.
Le gustaba todo lo que veía… su piel bronceada por el sol… su torso atlético, con unas cuantas vendas donde estaban las crueles heridas. Su rostro, varonilmente apuesto, y sus ojos cerrados… lo deseaba.
Una idea, empezó a tomar forma en su mente… Para la noche de navidad, no estaría recuperado totalmente… y Fulvia pensó en hacerle compañía, de una forma diferente. Ya no tenía padres a quien rendirles cuentas sobre su integridad de mujer. En ese momento ya su virginidad dejó de tener sentido, si es que alguna vez tuvo alguno. Posiblemente, no tendría otra oportunidad para hacer lo que pensaba.
Lo vio removerse en sueños… y escuchó que decía el nombre de la chica… aun en sueños, ella estaba presente en su pensamiento.
-Descansa, amor mío… descansa… - murmuró- la noche de navidad será especial para ti y para mí.
Salió de la habitación de Anthony y se dirigió a la suya, a revisar que tenia entre la lencería que usaba para lo que deseaba hacer.
Sacó algunos pijamas que tenía. No tenia nada que fuera especial, es más, eran demasiado sencillas, ella quería algo especial, ya que como ella era el regalo, quería usar una envoltura bonita. Algo que le diera gusto quitar…
Algo llamó su atención, era un paquete que no había desenvuelto desde el día de los enamorados, era un regalo que le dio él. Lo desenvolví… sus ojos se iluminaron al ver el contenido… Era un camisón blanco, de satén, a juego con la bata… y un pequeño vuelo en la basta, corto, y resaltaba el tono aceituna de mi piel. Era exactamente como lo quería, sencillo, pero sensual, sexy y sugerente… Una envoltura para una noche de pasión y ternura.
Entre los regalos del catorce de febrero, habían cosas que no había usado, y que le serian de mucha utilidad… El no podría tomar, por que estaba bajo medicamentos para que cicatrizaran esas heridas…
Cosas como un juego de splash, gel de baño y crema que le había regalado Carla Cristina. Y un collar de perlas que llevaría puesto esa noche, como único adorno. La abuela de Fulvia, cuando estaba viva, decía que el que guardaba, siempre tenía. Y era una gran verdad.
Fui a ver a María del Rosario, que era la que atendía a las chicas en caso de enfermedad, para preguntarle por la evolución de Anthony.
-Está respondiendo bien al tratamiento, es un hombre joven y fuerte, y tiene ganas de vivir… no lo ha dicho, pero se que tiene por quién hacerlo.
-Me alegra saberlo…
-Yo estimo que para la noche de Navidad, estará bastante repuesto. No le ha dado fiebre, y eso es bueno.
Ella calló su secreto, María no lo entendería, y mucho menos Maryland, y ya había tomado una decisión. Maryland la ayudaría a disponer de todo lo que había en casa, si es que todavía tenía casa. Fulvia pensaba venderla, ya que no quería nada que la atara a Panamá.
Y sí, todavía tenia casa, dispuso de lo poco que había. Todo sería para la beneficencia, incluido el dinero de mis padres, yo no quería nada que me atase a ellos. Así que se hizo el papeleo, para que todo pasara a la beneficencia.
Yo no necesitaba dinero, por que mi trabajo como Casco Alado, me dio suficiente dinero para que viviera cómodamente mientras encontraba empleo, aunque la sorpresa que me daría Anthony después de nuestra noche… sobrepasaría a todo lo que yo deseaba.
-Me duele que te hayas deshecho de todo…hija.
-No quiero ataduras a este país, es mi patria, la quiero, pero de que me sirve una fortuna, si siempre voy a ser mirada como una paria, condenándome al ostracismo social… no, prefiero buscar mi propio camino… tengo dinero ahorrado, y una profesión terminada, no pasare trabajo.
AL DIA SIGUIENTE…22 DE DICIEMBRE
Ese día Grazia tuvo fuerzas para dejar su lecho de enferma y bajar a desayunar con los demás… lentamente volvía a ser la misma guerrillera… que ellos bien conocían…
Jonathan Legan, la miraba con ternura y a la vez con algo que ella no sabia, o no quería definir… siempre había sido la fea de la escuela… solo cuando ingresó a los grupos Deltas, adquirió elegancia y porte… aprendió a usar tacones altos, a maquillarse de forma que desapareciera todo lo feo, y saliera lo hermoso de su rostro… y su figura… adquirió las curvas que cuando era adolescente no tenía… ya que era sumamente gordita, y le costaba mucho trabajo controlar su peso… de eso se encargó el entrenamiento… no era el tipo de mujer que un hombre deseara… ni mucho menos, igual que Analida…
Pero, si, lo que había en la mirada de Jonathan era deseo… y lo que no esperaba era la sorpresa que le daría… dos días después…
-Nunca pensé que me pasaría esto.
-Un momento de debilidad… lo tiene cualquier persona… pero en tu caso, es demasiado descuido con tu salud…
-Si, es que me olvido de todo cuando estoy en una misión… Hasta de comer…
-Bueno, confiamos en que no te vuelva a pasar nuevamente… esta clase de sustos no es buena… y puede derivar en otra cosa peor.
-Espero que no…
Jonathan la miraba… era una mirada intensa… la mirada de un amante… de un marido… Grazia se sonroja ante los pensamientos que aparecieron en su mente… no fueron pensamientos sanos, ni inocentes.
Esa tarde estuvo ayudando a poner el nacimiento, en la base tenia que continuar la vida, como si nada estuviese pasando afuera… pero era el caos, la destrucción, las balas, la anarquía y el reinado del odio y la intolerancia…aun después, de veinte años, Panamá jamás seria el mismo.
-Después de saber lo ocurrido con mi familia… ya nada me asusta… -dijo a Carla- Lo que debió sufrir mi madre…
-Al menos tienes sus cenizas contigo… en Estados Unidos le darás cristiana sepultura…
-Si…pobre mi mamá… enamorarse de un hombre que nunca la quiso… nunca dio el ancho que el quería, y yo tampoco…
-Lo peor, es que todos andan sueltos, Daniela por suerte pudo hacer justicia, se libro de ambos fantasmas, el violador de su madre, y el que era su padre, que no era padre ni nada, por que el que mira a una hija con ojos de hombre, no de padre, es un monstruo.
-Sonia por lo menos esta libre de todo eso…
-Si, pero aun esta presente la enormidad de lo que hice… nunca pensé que mis manos se mancharían con sangre… yo no estoy acostumbrada a matar…
-Lo que hiciste, fue en defensa propia, era esa mujer o tu, no tenias opción ni alternativa, y si lo dices por tu padre, me vas a perdonar, pero él se lo buscó… ninguna persona que enviuda reciente corre a casarse con lo primero que encuentra cuando la persona que murió no tiene ni dos meses de calentar la tumba… el solito se busco lo que le pasó.
-Eres dura, Alicia.
-Claro que lo soy, tu padre bien pudo haber esperado un tiempo, quizás en ese tiempo, el se hubiera dado cuenta con el monstruo que se iba a meter… pero no, lo agarraron en los cinco minutos de… ya tu sabes a que me refiero, y allí están las consecuencias, además, no quedaron pruebas posibles de tu crimen… y si quedaran y alguien quisiera remover eso, no dudes que Maryland moverá cielo y tierra para demostrar tu inocencia y que lo que hiciste fue en legítima defensa. Hasta yo puedo representarte legalmente…
-Afortunado el que tiene amigos fieles…-dijo Jonathan que escuchaba lo que conversaban las chicas…
-No la juzgo por lo que paso-dijo Richard –Ante semejantes ataques… no era para menos, y también pienso igual que Alicia… tu padre se busco la muerte que tuvo. Nadie pone a un marido o a una esposa por encima de un hijo, y el lo hizo, y hasta añadió su maltrato al de ella… lo siento, tenia merecido lo que le pasó.
Sonia todavía conservaba la nota que él le habia dado… hacia dos días.
Sonia:
Cuando lleguemos a base, tenemos que conversar… es importante para ti y para mí. Te espero en la sala de Jacuzzis… donde están los privados… Ve sola. Tuyo, Richard.
Sonia se espantó al leerla… era lo que esperaba que sucediera después de aquel beso extraño que le había dado… Poco sabía ella de hombres, de relaciones sexuales ni de besos… Nunca fue popular en la escuela… siempre fue la típica cerebrito, la perdedora que nunca tendría novio… y para su concepto, no lo necesitaba… pero esto le haría saber lo equivocada que estaba con la vida… y con los hombres… Nunca se consideró bonita ni sexy, pero lo que escucharía lo recordaría toda la vida…
Luego de comer se metió a la ducha, a quitarse el cansancio de aquellas terribles cinco horas y de aquel servicio fúnebre. Salió de la ducha, se cambió de ropa y me puse una pantalón que llevaba una blusita de tiritas… apto para este clima tropical… estábamos al inicio de la estación seca…
Fue a la sala de Jacuzzis… y me dirigí a los privados… eran los más lujosos y los más aptos para una cita romántica, y tranquila…
Y allí estaba. El jacuzzi que había elegido era uno en forma de rombo que estaba hecho con mármol negro y blanco… muy varonil. Estaba cubierto de espuma blanca y fragante… olía a Náutica… una colonia masculina que a ella le encantaba.
-Viniste.
-Recibí tu mensaje… ¿Qué es eso tan importante que tenemos que conversar?
Sonrió sensual… y la miró delineando cada una de sus curvas… Sonia se sintió desnuda de repente… e indefensa… estaba allí, malamente cubierta con un pantalón corto y una blusa de tiritas, ante un hombre desnudo dentro de una tina llena de espuma tibia… una situación muy íntima y muy sensual… y muy embarazosa para ella…
-¿Te gustó que te besara?
-Es primera vez que me besan así…-dijo sonrojándose- Yo no he tenido novios con quien compararte… eres el único que me ha besado…
-Me gustó darme cuenta de tu inocencia en muchos aspectos… dijo, dirigiéndose a uno de los lados del jacuzzi… -No sé que es lo que tienes… pero me excité terriblemente mientras te besaba… También me di cuenta de algo más…
Sonia sintió que mis piernas no la sostendrían… estaba perdida, y lo sabía.
-Sonia… tú me amas.
Sonia se volvió a mirarlo, estaba perdida… la denodada lucha que estaba librando con sus sentimientos había sido descubierta… ya no podría negarlo por más tiempo…
-¿Cómo te diste cuenta?
-No soy estúpido… Lo puedo leer en tus ojos… Y quiero que sepas… eres total y plenamente correspondida.
Esto era superior a sus fuerzas… se dejó caer sentada en uno de los divanes que rodeaban el jacuzzi, la trampa se había cerrado…
-¿Desde cuando sientes eso… por mí?
-Desde el primer día que te conocí… pensé que era un simple entusiasmo ante una mujer hermosa… pero conforme fue pasando el tiempo… me fuiste gustando más y más… hasta que… el día del rescate el 3 de octubre… supe que te quería… lo que no sabía era… si sentías lo mismo… y no me equivoqué… Lo sentí en tu beso…
-Y si fuera así… eso no cambia lo que acaba de pasar…
-No, no lo cambia… pero nuestras vidas, sí… Esta navidad… quiero que la pasemos juntos… No eres una mujer que le gusta provocar a los hombres, aunque inconsciente mente, lo haces. A mi me provocas muchas cosas… y más cuando estás vestida así…
Era cierto, estaba vestida con una pijama corta que descubría totalmente mis piernas… y una blusita de tiritas, que casi dejaba ver parte de mi busto… un busto regular… ni grande, ni pequeño… recordé el viaje que hicimos a Contadora… allá se pusieron traje de baño, Maryland tenia cuidado en que las chicas no mostraran más de lo necesario, les puso traje de baño entero, como el que usaban las competidoras de natación… Sonia usaba un traje azul marino con una franja celeste a los costados…con una tira ancha que cruzaba mi espalda… hecho para competición olímpica. Como a ella le gustaba estar bronceada, se puso aceite bronceador en las piernas, brazos, y escote… al igual que la espalda, que le puso él… fue un momento turbador, el roce de sus manos la hacía temblar, como si estuvieran en una habitación, solos, amándose.
Lo vio salir del jacuzzi, tenia proporciones estatuarias… me sonrojé más… se acercó y se pegó a su cuerpo… humedeciendo su vestido.…
-Eres una mujer hermosa… provocativa… sexy… -murmuraba mientras la sentía… mientras su cuerpo se acoplaba al de ella…- Aunque no quieras hacerlo, me excitas… me provocas… Quiero devorar tu corazón a besos, estremecerte con mis caricias… y sentirme dentro de ti… amarte ardientemente…
-Para eso quieres que comparta la Navidad contigo… para que tengamos… una noche de pasión…
-No tiene nada de malo, Sonia… Me quieres, te quiero… quiero estar contigo… ¿es eso tan malo para ti?
-No tengo experiencia… -protesté- soy virgen… no sabría que hacer contigo… puedes acabar decepcionándote de mí…
-No te exijo experiencia… se que no has tenido novios… que eres una mujer pura, virgen… y que eso a mi, me gusta. No tengas miedo… es algo hermoso cuando lo haces con alguien que amas…
Sonia se sintió derrotada… ya no tenia nada que esconder… y bajó la guardia.
-Navidad… quieres que yo esté contigo…
-Si, la noche de Navidad… quiero que vengas a mi habitación…
Ella no dijo nada…si se resistía… sería peor… mucho peor. Aceptó lo que le proponía…
-Acepto… espero que después no te arrepientas… ni te sientas decepcionado de lo que vas a encontrar…
-Voy a demostrarte… que todos los hombres no somos iguales… Yo sé como tratar a una mujer como tú… como complacerla y como lograr que me ame tanto como yo.
Salí temblando de los privados… con una angustia en el alma… había tomado una decisión que cambiaría su vida…
Daniela por su parte, había mantenido una postura estoica, pero al llegar a la base, su estoicismo se derrumbó…Sean tampoco había podido asistir al funeral de las madres de las chicas, Daniela fue a acompañar a sus compañeras… pero su corazón estaba tan devastado como el de ellas…
En ese momento, recordaba como habían llegado a la base se detuvieron bruscamente… una de las calles estaba cerrada por una barricada… todas sabían que eran efectivos de los batallones de la Dignidad… por suerte, Daniela llevaba su arma… Alicia las había entrenado para disparar incluso en la oscuridad…
Y fue entonces cuando vio al que había violado a su madre y a aquel que nunca la había dejado tener ni niñez ni adolescencia, y mucho menos juventud, tenia un pañuelo en la cara, para que no lo reconociese… y si, lo reconocí… y recordé tantos momentos amargos, las carencias emocionales, económicas y por que no, de sentimientos, era un hombre ateo, que no respetaba nada en la vida… un hombre que nunca quiso a mi madre… que solo la uso, como se usa a una cosa o lo que es peor, como si fuera un animal… y que pretendía algo monstruoso con ella… algo sacrílego. Daniela se llenó de valor, en ese momento cobraría todo lo que les hizo pasar…
Se apostó tras la puerta del auto… hizo que el resto de sus acompañantes se acostaran en el piso del auto… en ese momento no era otra que la fiera que se había enfrentado al combate en la comandancia… Cuadró la puntería para no fallar…
Se volvió e intentó dispararles… y fue en ese momento que ella no tuvo la menor contemplación… disparó… Y fue a matar…
Disparó tres veces… las tres hicieron diana, una en el abdomen, la otra en un hombro y la última en el corazón… ya estaba hecho…
-Vamos… el paso esta libre…
Pasamos al lado del cadáver…Daniela lo miró por ultima vez… no sentía su corazón…
-Ya no le harás más daño a nadie…-pensó… -He vengado a mi madre…
Al llegar a la base, todas la rodearon yo estaba pálida… y no sentía mi corazón…todo se detuvo en mi vida…
-Hiciste justicia… vengaste a tu madre…
-Lo vi, iba a atacarnos… los maté…
-No te afanes, era tu deber… no hiciste nada que no debieras… además, el nunca se gano el derecho de ser padre… ni quiso serlo…te veía como mujer, no como a hija.
-¿Cómo está Sean?
-Preguntó por ti… No le dijimos donde estabas, para no preocuparlo…
-En algún momento tendrá que saberlo…-dije- iré a su habitación…
Me vieron subir, en ese momento parecía que hubiera caído sobre mis espaldas todo el peso del mundo…Subí a ver a Sean… que descansaba en ese momento…
-Dani… ¿Dónde estabas?
-En el hospital… murieron las madres de mis compañeras, y me encontré con el que mató a mi mamá… ya no hará mas daño….
Daniela se sentó a su lado y me recargue contra su cuerpo… sentí como acariciaba mi cabello, diciéndome dulces frases de consuelo… Su aroma a colonia masculina… ANTAEUS, la hacia sentir protegida…y le gustaba esa sensación… lloró como una bebé… mientras sentía sus caricias en el cabello y sus brazos rodeándola…
Deseaba poder decirle que lo amaba… que lo necesitaba, que no podía vivir sin él… pero solo podía llorar… llorar por el hogar perdido irreparablemente… por haber tenido que madurar tan pronto a sus escasos veintiún años… por la infancia que le negaron y la adolescencia que perdí… Se hizo mujer de golpe y porrazo… sin siquiera tener las alegrías de la niñez y los chascos de la adolescencia…
Lo miró, su tierna y dulce mirada le traspasó el alma… en ese momento la chica tomó una decisión… ya no tenia razón de ser el conservar una virginidad que jamás se valoró como debía ser… ella había mantenido su pureza por temor a la violencia de su padre…que nunca confesó la monstruosidad que abrigaba su alma… pero ahora, no había nada que mantener intacto… había sufrido demasiado… se había sacrificado demasiado para no recibir nada…y para no tener nada.
-Por estar pensando en mis problemas… ni siquiera pregunté como te sientes…
-Voy curando bien…-dijo- No puedo reírme, ni toser… por que me duele, pero confío en que para la Navidad estaré curado…-sonrió- Solo me falta una cosa… tu cariño.
En esos momentos, a Daniela le resultaba tan difícil manifestarle sus sentimientos… crecí con el convencimiento de que controlar las emociones era señal de madurez, sin embargo, lo que estaba haciendo era enterrarse en un pozo de soledad y frío sin fondo… y se estaba preparando en el futuro para sufrir un infarto prematuro.
Se llenó de valor… ya no tenia nada que perder… si no la amaba, que se lo dijera en su cara…
-Tengo algo que decirte… -dijo enjugándose los ojos- No sé como lo vayas a tomar… pero si no te lo digo ahora, no tendré oportunidad para hacerlo después…
-Creo saber lo que me vas a decir- dijo, con un gesto de provocación…e inteligencia -lo supe desde el momento en que me besaste…
-¿Cómo vas a saber lo que te voy a decir?
-No soy tonto, Dani…-dijo sonriéndole de esa manera que la estremecía por dentro… -Has estado luchando contigo misma mucho tiempo… tu nerviosismo cuando ibas en misiones de rescate se notaba, por más que hicieras para ocultarlo… me precio de ser un buen observador… Nunca quisiste admitir que te sentías atraída por mí… Y encima, querías esconder tus sentimientos de todos, incluso de mí. Y me temo, que mientras más esfuerzos hacías, más se daban cuenta. Pero, nunca te quisieron decir nada…
-Es verdad- dijo con fiereza- Puedo engañarme a mi misma, pero a mi corazón no- dijo con lágrimas en los ojos- Temía fallar esta noche…y que todo se estropeara por mi culpa… Y me di cuenta de algo que me aterrorizó mucho… De ocurrirte algo grave… Yo no sé vivir sin ti…
Al fin… lo dijo… me sacó aquella verdad que me quemaba el alma y me desgarraba el corazón… el me miró de esa manera que me derrite por dentro…
-¿Cuánto falta para Navidad?- preguntó.
-Hoy es veintiuno… -dije, extrañada por la pregunta…
-El veinticuatro en la noche, cuando todos se hayan retirado…ven a mi cuarto… ponle seguro a la puerta… quiero pasar la noche de Navidad contigo….-sus ojos se deslizaron lentamente por mi figura…
-¿Para qué?
-Me temo, princesa… que eso tú lo sabes…
En la mente de Daniela se formaron imágenes sensuales y eróticas… el me estaba pidiendo que pasara la noche de Navidad con él… Y que tal vez… harían el amor…
No dijo nada… ya todo estaba dicho entre ellos… se sentó en un sillón con un libro a pasar la noche junto a él que simplemente se la pasó contemplándome hasta que se le cerraron los ojos… y ella intentó dormir…
En ese momento, cuando estaba pensando que respuesta darle a Sean… apareció Carla…
-Te hicieron idéntica propuesta…
-Si, anoche. No se que voy a responder…
-¿Lo amas?
-No se vivir sin él, me di cuenta cuando lo vi herido…pero temo a la intensidad de sus pasiones… yo nunca he lidiado un novio…no se que hacer…
-Yo tampoco, soy tan virgen como tú… y también temo a la manera de amar de Heini.
-Valientes guerrilleras estamos hechas- sonrió Daniela- No tememos usar un arma, pero le tememos al amor y a los hombres…
Carsten citó a Esmeralda en la sala de jacuzzis, en el área privada… allí se podía conversar sin interrupciones…
-¿De qué se trata todo esto?- me preguntó Esmeralda… la miré…y le dije con ternura…
-Se trata de algo que siento por ti… desde hace tiempo… y que no puedo esconder más… -le dije, sonriéndole sensual. – Esmeralda… te quiero.
Aquella verdad hizo sonrojar a Esmeralda… por lo inesperada, y vio en sus ojos un brillo extraño. Se acercó a la ventana que miraba hacia el Centro Bancario y dijo…
-¿Desde cuando sientes eso por mí…?
-Desde que te conocí… -dije- y se arraigó más con el trato… conforme fui conociéndote… veía como sufrías la enfermedad de tu madre… quiero cumplir con la última voluntad de la persona que más te quiso en la vida…
Esmeralda lo miró… vio en su mirada temor, angustia… lo peor era que la miraba en una forma que me hacia estremecer…
-Debo pensarlo… -dijo- No puedo tomar una decisión tan importante así… tan a la ligera…
-¿Es que… te repugno?
-No, no es eso… Me atraes más que cualquier otro hombre que haya conocido… solo que…
Me conmovía verla así, como una niña a la que le regalan un juguete caro, y que por vergüenza no se atreve a tomarlo.
-Hay otro…
-Tampoco… - dijo vivamente- No tengo experiencia con los hombres… Nunca he tenido un novio, o un admirador… no sabría que hacer con él…
Me estaba diciendo, con una ingenuidad e inocencia que era virgen… nadie, salvo yo, sabría los secretos que escondía aquel cuerpo tierno…
-Piénsalo… se trata de la última voluntad de tu madre… y mis esperanzas…
Me miró largamente… como si quisiera grabarse la intensidad de mi mirada…y salio de los privados… dejándolo con sus esperanzas y su miedo…
Durante la cena, Michael estaba en el comedor con un pantalón negro y una camisa gris oscura… exudaba sensualidad, atractivo, masculinidad… Delia sentía un peso en las corvas al verlo…
-¿Cómo te sientes?
-Mejor… ya paso el peligro… -dijo… mirando a Mike, que la miraba de una forma extraña, como si la deseara…Delia sintió un escalofrío en su cuerpo… ya sentía algo extraño…
-¿Qué piensas hacer con las cenizas de tu madre?
-Llevármelas, no las pienso dejar aquí… al menos que tenga un lugar digno en donde estar…
-Ten valor… ella estará cuidándote desde el cielo.
En ese momento, se acercó Mike y me dio un breve beso en la mejilla… un beso que me dejó la mejilla marcada, con el calor de sus labios… me estremecí pensando que esa boca tan sensual besara con suavidad la mía…Fantaseaba… aunque estaba lejos de pensar que esa fantasía se haría realidad…
En la tarde, Ariadna bajo a comer algo, sin ganas, por que la situación en ese momento no daba para otra cosa… y fue a los jacuzzis… al menos tendrían un lugar para hablar de ellos… en ese momento, Bryan la vio, vestía un pantalón celeste, y un suéter polo blanco, se había lavado el cabello y olía a colonia de baño, mezclada con el leve aroma del jabón antibacterial con que se lavaba… todo esto, mezclado con su aroma de mujer… hacia una combinación altamente excitante para él…
-Hola…-dijo sensual.
-Hola, no pensé que estabas aquí… -dijo, volteando para no mirar su desnudez… cubierta de espuma.
-No sientas pena… estamos en un lugar íntimo… No te va a suceder nada si me miras…
En sus ojos vio duda, e incertidumbre… Una gran tristeza abatía su semblante, su morena linda estaba sufriendo mucho…
-¿Has sabido algo de tus padres?
-No. No he sabido nada… aunque, como están las cosas…se puede esperar lo peor…
La miró… suspire como para darse valor para decirle lo que deseaba hacer con ella desde que la conocí, que no había noche en que no soñara con hacerla suya… que lo único que deseaba era ser el dueño de sus amaneceres… de sus tristezas, de sus alegrías… quería… tenerla en sus brazos…
-Hay algo que debo confesarte…-dijo – algo que me está quemando el alma desde que te conocí… si no te lo digo ahora, luego, no podré.
Ariadna lo miró y se sintió afiebrado… la deseaba… la amaba… su cuerpo pedía a gritos sentir aquella piel suave, aterciopelada…
-Ariadna… desde que participé en ese rescate…mi corazón se apegó a ti… a pesar de que no te conocía… y al conocerte… hiciste nacer algo nuevo… un sentimiento al que quiero entregarme… Ariadna… te amo…
Al escuchar aquella confesión, lo miró sorprendida… sin poder creer lo que estaba escuchando…
-Y sé, que tu sientes lo mismo por él aunque no quieras aceptarlo ni admitirlo…
Se sentó en uno de los sofás que rodeaban el borde de la tina… mi confesión la había dejado sin habla…
-¿Desde cuando sientes esto por mí?
-Desde que te conocí, cuando te rescatamos en la Isla. Se que estas pasando por un momento difícil… de dolor, de incertidumbre. Si necesitas un hombro donde llorar… aquí estoy… si necesitas refugiar tu dolor en mi pecho, te lo ofrezco… si deseas olvidarlo todo… aquí me tienes…
Lo miró… sus ojos me miraron, acariciando cada parte de su cuerpo… y ella sintió que se quemaba por dentro…
-Déjame pensar en lo que me has dicho… mañana te diré lo que he decidido…
Y salio de allí, dejándolo con el corazón apretado de miedo, pero a la vez lleno de esperanzas… Las siguientes cuarenta y ocho horas… serian decisivas…
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Brujita Alex
Aprendiz de bruj@ Senior

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Fecha de inscripción : 09/09/2012

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